sábado, 25 de diciembre de 2010

You want forget.

A veces solo quieres olvidar. Hacer cualquier locura que te haga olvidar por algunas horas tu vida, tus dudas y tus problemas. Incluso cuando tu vida se ve perfecta, siempre hay algo que nos atormenta, que nos aísla.
Coger una botella y mezclar con coca cola, es lo mejor que puedo hacer, vaso tras vaso. Echar poco alcohol, pero echarlo. 
¿Que puede hacerme un dolor de cabeza? Una pastilla y listo.
Me gustaría pasarme de la raya, sin echar cuenta a las consecuencias, sin pensar en el después. Beber de más, decir todo lo que pienso, aunque dañe a la gente, comer hasta reventar sin preocuparme por mi físico. Ser rebelde. No sentir remordimientos, no sentir amor, y por ésto no sentir dolor.
Pero, por suerte o por desgracia, soy incapaz de hacer algo así. Porque me preocupo por como mis acciones puedan afectar a los demás, porque no soy tan despreocupada como para hacer algo malo contra mí.
Me gustaría olvidar por unos minutos.. todo el dolor que me causaron, volver a sonreír con sinceridad todo el tiempo, como hacia ya hace muchos años. ¿Desde cuando sufro por complejos, por insultos? Yo diría que casi van 7 años. 7 años preocupándome por el que dirán, por mi aspecto, por como pensaran las personas de mí. Y aún ahora, aunque diga que no me importan los comentarios de los demás, algunos llegan al corazón, y duelen, muchos más que otra cosa. Las miradas de desprecio, de asco, de superioridad que te dirigen.
¿En esas ocasiones no dan ganas de pegar una paliza a la otra persona? También entran ganas de desaparecer, de esconder la cabeza y no salir nunca más ante la sociedad.

Quieres olvidar tu vida, tienes ganas de gritar al mundo que quieres dejar de ser como eres, que quieres cumplir las expectativas de todos. Porque eres dependiente. Dependes de los comentarios de los demás para seguir adelante. Aunque suena triste, te gusta escuchar lo bonita que te ves, o lo mucho que te quieren. Y para suplir tus carencias, finges hacer las cosas bien. Finges hacer cosas que tu no haces, para que los demás te admiren, para destacar en algo. Pero, cuando te halagan por méritos que en realidad no son propios, te sientes triste, falsa. Quieres gritar. Quieres gritar que la farsa se extendió demasiado, quieres gritar que esa no eres tú. Que tu no eres nada de lo que pensaban. Pero tienes miedo de que la gente que ahora este a tu alrededor se aleje. Aunque si se alejan, esque no valen la pena. Pero te da miedo la soledad. Aunque la amistad sea falsa, llena un vacío en tu corazón.

Después de recordar todo ésto, solo me dan ganas de ahogarme, de no volver a respirar, de así liberarme de todo.
¿Pero que pasaría con la gente que realmente me quiere? No lo sé, verdaderamente no quiero dañarlos, aunque ya lo haga día a día con mis deprimentes sentimientos.
Pero ahora mismo no quiero pensar, porque me echaré atrás. No voy a hacerme nada malo, solo quiero sentir ese ardor en la garganta, esa sensación de que estoy haciendo algo malo, a escondidas.
Solo quiero ser yo misma, aunque solo me vea yo.
Quiero ser la falsa, mentirosa, egoísta y rencorosa que en realidad soy. Quiero deshacerme de esa fachada y esa falsa sonrisa que tranquiliza a los demás. Quiero llorar y dejar de lado la felicidad artificial.
Quiero beber y olvidar lo que soy y lo que hago, para luego, con la mente serena, volver a ser como más odio.

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